Collage Literario #26: La lesbiana que nos crio
El viernes fue 7M, el Día de la Visibilidad Lésbica, y ayer fue el 8M, Día de la Mujer Trabajadora. Por eso hoy hablamos de María Elena Walsh.
No tengo recuerdos de escuchar las canciones de María Elena Walsh. O por lo menos no tengo un recuerdo tan claro; sé que las conozco, sé que las escuché. Creo que había algún cassette en casa con algunas de sus canciones, pero no estoy segura. Lo que sí me acuerdo es que, cuando tenía ocho años, La Nación sacó una colección de trece libros de la autora y mi mamá me los compró. Gran invento las colecciones que se venden en los puestos de diarios y revistas; hay que decir que tienen otra magia. Entre otros títulos, traía: Cuentopos de Gulubú, Canciones para mirar, El reino del revés, Dailan Kifki y Versos tradicionales para cebollitas. Algunos los leía, otros miraba las ilustraciones. Mi favorito siempre fue Dailan Kifki, las aventuras del elefante que aparecía un día en el jardín de una señorita. Casi no me acuerdo nada de la novela, pero, hojeando el libro para escribir el newsletter, las ilustraciones me trajeron retazos de la historia.
En el sobre estaba escrito mi nombre con letras bien grandes, de modo que lo abrí, y esto era lo que decía, escuchen bien: «Estimada señorita: Yo me llamo Dailan Kifki y le ruego no se espante porque soy un elefante. Mi dueño me abandona porque ya no puede darme de comer. Confía en que usted, con su buen corazón, querrá cuidarme y hacerme la sopita de avena. Soy muy trabajador y cariñoso, y, en materia de televisión, me gustan con locura los dibujos animados».
¡Imagínense! ¿Se imaginaron? ¿Se imaginan qué problema?
Uno puede encontrar un gato abandonado en un umbral, puede encontrar un perro, una cucaracha, una hormiga extraviada… ¡hasta un bebé con pañal y alfiler de gancho! Todo, menos un elefante.
Cuando fui más grande, creo que tenía dieciséis o diecisiete años, la librería de mi barrio donde compraba películas truchas, empezó a vender libros usados. Eran tres o cuatro cajas donde una tenía que ir deslizando cada libro para ver qué había. Una de las tantas veces que fui, encontré a una María Elena Walsh que no conocía. Desventuras en el País-Jardín-de-Infantes, así se llamaba el libro que reunía artículos y ensayos breves inéditos o publicados entre 1947 y 1992. Ahí me encontré con textos como Sepa por qué usted es machista donde, en 1980 y con muchísimo humor, Walsh denuncia el sistema machista en el que vivimos pronunciándose abiertamente feminista: “Porque todo ese asunto de la gestación y el parto le da miedo y asquete, como la educación sexual al Ministro de Educación” o “Porque cree que la inepcia es cuestión de sexo, que es como creer en la cigüeña o en elecciones inminentes”.
Otro artículo que me marcó es el que le da nombre al libro. Se publicó en Clarín el 16 de agosto de 1979 y denuncia, de forma explícita y en plena dictadura cívico-militar, la censura y la violencia política que se vivía en nuestro país. Comienza diciendo que el “celador”, a quien luego va a llamar directamente censor, “veta palabras a la bartola, conceptos al tuntún y autores porque están en capilla”. El artículo lo pudo publicar gracias a la complicidad de Fernando Alonso, director del suplemento Cultura y Nación del diario Clarín, quien, según Walsh, “se sumó a la patriada y se abstuvo de corregir una sola coma”. La publicación del artículo agotó la edición y circuló por fotocopias, y le valió a la autora la inmediata prohibición de aparecer en salas oficiales o en emisoras de TV.
Después de eso es entendible que haya sido la primera en llevar a la televisión a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Lo hizo en su programa La Cigarra (1984), que se transmitía en TV Publica y que conducía junto a Susana Rinaldi y María Herminia Avellaneda.
Hace tiempo que somos como niños y no podemos decir lo que pensamos o imaginamos. Cuando el censor desaparezca ¡porque alguna vez sucumbirá demolido por una autopista! estaremos decrépitos y sin saber ya qué decir. Habremos olvidado el cómo, el dónde y el cuándo y nos sentaremos en una plaza como la pareja de viejitos del dibujo de Quino que se preguntaban: "¿Nosotros qué éramos...?"
Varios años después hice un curso de fotografía y conocí a Sara Facio, la responsable de muchos de los retratos históricos de grandes autores: Julio Cortázar, Sara Gallardo, Alejo Carpentier, Borges, incluso de la propia María Elena Walsh. Facio fue una gran militante de la fotografía como arte. Sus fotografías desbordan del papel. Y una vez más conocí a otra María Elena Walsh: Sara Facio fue la pareja de María Elena durante treinta años. ¿Cómo era posible que nunca hubiese escuchado que la gran cantora de nuestras infancias era lesbiana? Feminista, defensora de los derechos humanos y lesbiana.
Laura Santos, en “Compromiso, pasión y humildad”, cuenta que en Fantasmas en el parque, su última novela autobiográfica, escribe sobre su vínculo con Sara: “Sara no tiene nada de hermana. Es mi gran amor que no se desgasta, sino que se convierte en perfecta compañía. A veces la obligué a oficiar de madre, pero no por mi voluntad, sino por algunos percances que atravesé, de los que otra persona hubiera huido, incluida yo. Pero ella se convirtió en santa Sarita”.
Si algo podemos decir de Walsh, es que expresaba abiertamente sus ideas y lograba transmitir claridad en sus argumentos. En los años 70, habló en varias ocasiones sobre el aborto clandestino. Ya en 1959, escribió en Revista Sur un breve comentario sobre Enero de Sara Gallardo, la primera novela argentina que habla explícitamente del aborto, instando a que la lean y diciendo que “el intento de análisis crítico es secundario cuando nos enfrentamos con un verdadero milagro de creación". Este desborda todo tropiezo, todo posible error, y nos pone en simples exaltadores de sus méritos”. Incluso, con la vuelta de la democracia, le pidió al presidente Alfonsín que legisle el derecho al aborto.
Con el tiempo, la autora que me acompañó en la infancia con Dailan Kifki o con Osías, el osito en mameluco, me siguió acompañando con nuevas lecturas, con nuevas ideas. María Elena Walsh, la cantora que nos deseó en la infancia un país florecido. María Elena Walsh, la que nos recuerda que en el país de “no me acuerdo” nos perdemos. A vos, María Elena Walsh, te estamos eternamente agradecidas.
♥♥♥ Talleres de lectura ♥♥♥
Lecturas errantes: Nos vamos al Caribe
Leemos a Maryse Condé
Lecturas errantes es un taller de lectura en donde vamos a viajar desde la literatura por diferentes países, sobre todo latinoamericanos, y por las provincias de nuestro país para ampliar un poco nuestro mapa literario.
Nuestra primera parada es la Isla de Guadalupe de la mano de Maryse Condé, una autora guadalupense, cuya literatura está atravesada por la pregunta sobre la identidad caribeña, la diáspora africana y las complejidades de las marcas del colonialismo que siguen tan arraigadas.
En el taller vamos a leer Travesía del manglar, una novela polifónica que, a partir de la muerte de uno de los personajes, nos va llevando por la vida de los diferentes habitantes del pueblo. Sobre ella escribí el último newsletter que pueden leer acá.
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Nos encontramos el sábado 15 de marzo de 14.30 a 16.00 h en la librería Mandolina (M. Ugarte 2439, Belgrano, CABA) El valor del encuentro es de $8.500. Participando del taller, pueden comprar la novela con un 10% de descuento en la librería.
Lecturas errantes: Misiones
Leemos a Marina Closs
Este mes nos vamos a Misiones de la mano de Marina Closs, una autora que desborda oralidad en su escritura y que nos narra Misiones a través de su historia, su cultura guaraní y las heridas abiertas que la conquista dejó en el territorio.
Vamos a centrarnos en su novela La despoblación, editado por Blatt y Ríos, pero también vamos a leer fragmentos de Casa de agua y una selección de Tres truenos.
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Nos encontramos los lunes 7 y 21 de abril de 18.00 a 20.00 h en la librería Mandolina (M. Ugarte 2439, Belgrano, CABA) El valor del taller es de $25mil. No incluye La despoblación, pero si la selección de fragmentos y relatos con los que vamos a trabajar. Se puede abonar en dos partes: el 50% para confirmar el lugar y lo que resta el día del primer encuentro.
Además, por participar del taller, pueden comprar la novela con un 10% de descuento en la librería.
Si quieren inscribirse, me escriben por acá o a tallerescollageliterario@gmail.com
Si quieren saber algo más sobre los talleres, me pueden escribir. También pueden mandarme recomendaciones o comentarios sobre el newsletter ¡Bienvenidas sean las nuevas lecturas!
Gracias por leer y por bancar #Collage Literario♥♥♥
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Dani ♥
No te puedo creer, ¡las cosas que me hiciste recordar! Dailan Kifki fue el primer libro que leí; tenía seis o siete años, y cuando lo hice me pareció una hazaña: nunca había leído una historia de cien páginas yo sola. Después de ese libro, comencé a leer otros, y así. ¡Qué lindo post!
Estaba preparando un post de María Elena, justo. Siento que en estos tiempos de oscuridad que nos tocan vivir, es una voz tan pero tan necesaria. Muchas gracias por este newsletter, Dani. Hermoso y conmovedor.